Un ensayo es un tipo de escritura de no ficción que está muy popularizado. Se trata de un género literario en el que el autor puede desarrollar una idea, plantear unas hipótesis, mostrar argumentos a favor o en contra de ella y, en definitiva, extraer unas conclusiones. ¿Cuáles son las partes de un ensayo?
La estructura de un ensayo es uno de los aspectos más importantes que debes cuidar a la hora de trabajar este género. Antes de empezar a escribir, deberías tener la estructura más o menos perfilada. En este artículo te explicaremos con detalle cuál es la estructura de un ensayo.
Cómo fijar el tema de tu ensayo
Antes de hablar de la estructura de un libro de no ficción, hay que prestar atención a un aspecto previo esencial.
Se trata de fijar el tema del libro. ¿Cuál es tu porqué? ¿Por qué escribir un libro?
Si no tienes claro qué argumentos vas a defender y cuál es el objetivo del libro, es posible que te acabes yendo por los cerros de Úbeda.
Tener una idea previa sobre el tema que vas a tratar te ayudará a tener foco y limitarte a desarrollar las partes que tienen relación con el tema.
Por eso, puede ser de gran ayuda para ti tratar de definir de antemano las ideas de las que vas a tratar en el libro, y a continuación, exponer en un listado de capítulos un resumen de lo que se expondrá en cada uno de ellos.
Estructura de un ensayo: ¿cuáles son sus partes?
Un ensayo se compone de diversas partes. Esas partes no necesariamente deben coincidir con los capítulos, pero sí que deben estar claramente diferenciadas a la hora de estructurar el libro.
Introducción
En la introducción de un ensayo se hace el planteamiento de las ideas de las que va a tratar el libro.
El objetivo de la introducción es captar la atención del lector. Si no le interesa el tema, es probable que no continúe leyendo.
Es importante tener claro también de qué tipo de ensayo estamos hablando. Si se trata de un ensayo académico, lo normal es empezar el texto planteando las hipótesis de trabajo, sin revelar las conclusiones.
No obstante, en un ensayo de carácter divulgativo la introducción puede ser mucho más abierta. Puedes escribir en primera persona y mostrar el lado personal de tu argumentación, lo que sin duda ayudará a que el lector se sienta más atraído que si solamente haces un planteamiento de la idea.
2. Desarrollo de las ideas
En los ensayos se defienden posturas o ideas acerca de un tema. El desarrollo es la parte más gruesa de tu contenido, donde se entra de lleno en el estudio del asunto que se quiere tratar.
Esta parte es la más voluminosa del libro y debe contener la argumentación sobre la que se sustenta tu obra. Es posible que hayas ya planteado una opinión en la introducción, fijando lo que se conoce como hilo conductor.
Este hilo conductor debe tratarse a lo largo del desarrollo, analizando sus diferentes vertientes e hipótesis. Por ejemplo, el hilo de conducción que acompañe el texto argumentativo puede ser: ¿Hubo realmente una leyenda negra sobre España? ¿Dónde se originó? ¿En qué se basaba? En el texto del desarrollo deberían darse argumentos a favor o en contra que aporten luz sobre esa cuestión.
Lo ideal es dividir el desarrollo en distintos capítulos. Y si los capítulos son muy largos, pueden dividirse los distintos argumentos a través de subtítulos.
La argumentación en una obra puede basarse en múltiples elementos:
- La experiencia y opinión del autor
- Libros y bibliografía
- Pruebas arqueológicas
- Estudios científicos
- Estadísticas y datos oficiales
- Etc.
No estamos diciendo que todas las argumentaciones tengan el mismo valor o validez para demostrar una idea. Sin embargo, el objetivo de este artículo es conocer las partes de un ensayo. Es conveniente por tanto entender que debes aportar referencias para defender tus ideas, no limitarte a la mera exposición de ellas.
Muchas de estas ideas pueden incluir notas al pie, o hacer referencia a anexos, que se pueden colocar al final del libro.
3. Conclusión
La conclusión es la última de las partes de un ensayo. Debe ser claro, breve y contundente, volviendo a recordar a modo de síntesis los argumentos planteados en el desarrollo, y explicando por qué se ha llegado a esa conclusión.
En este apartado del ensayo se pueden plantear nuevas ideas e hipótesis de investigación, que han surgido a raíz de las conclusiones a las que se ha llegado.
Es muy importante entender que la conclusión no debe introducir nuevas ideas que no han estado presentes en el desarrollo. La conclusión es el resultado lógico de los argumentos presentados.
¿Cuántas páginas o extensión debería tener un ensayo?
Un ensayo no debe tener una extensión limitada. ¿Cuál es la extensión de un ensayo? Pueden ser necesarias tantas páginas como se consideren. Como mínimo, sí que sería recomendable que un ensayo tuviera unas 60-80 páginas, ya que de otro modo no tiene sentido hacer un libro físico. Un ensayo más breve sí podría convertirse en un ebook, ya que no se va a imprimir y se puede aceptar cualquier formato.
Lo ideal es que un ensayo tenga al menos entre 20.000 y 30.000 palabras, aunque puede tener un mayor número. Lo importante no es enfocarse en la extensión, sino en que las ideas estén bien desarrolladas y con una argumentación sólida. Hay que quitar toda la «paja» del libro, ya que no se trata de añadir más páginas con una prosa que no tenga ningún objetivo.
Si no queremos que el lector se pierda por el camino, debemos ser claros y concisos. Es esencial plantear ideas y desarrollaras correctamente, sin escaparnos por la tangente y hablar de cuestiones que no tienen nada que ver con el asunto central planteado en la introducción. Si no estás seguro de si la estructura es la adecuada, un corrector de estilo puede ayudarte.
Esperamos que este artículo te haya sido útil para preparar la estructura de tu ensayo. Estamos abiertos a que puedas plantear nuevas ideas en los comentarios 🙂